Tristeza Infinita

 




Pasaron algunos meses. Ella había seguido con su vida, luego de tremenda confesión, luego de haberse abierto a contarme muy resumidamente por lo que había pasado, pero había mucho más.

Lo grafiqué como la punta de un iceberg, eso que apenas está a la vista pero que tiene todo un bloque inmenso de hielo bajo la superficie, y es lo más importante y terrible del mismo, es el que puede causar toda la catástrofe.

Hoy me dijo que en estos meses todo había empeorado, que muchas veces sintió ganas de morir, de no existir más, y a la vez pensaba que esa no era la solución, que era totalmente injusto. Se sentía muy cobarde también, como si hubiera sido muy valiente para luchar por otros, por el otro, por su pareja, pero no por ella, por lo que sentía realmente, por sus ideales, por sus ganas. De pronto se sentía vacía cuando tenía tanta vida interior. Era una contradicción claramente.

Sentía que a la vez tenía como una especie de "síndrome de Estocolmo" porque no podía escapar de su secuestrador, metafóricamente hablando, y por el contrario, hacía cosas por él, lo ayudaba siempre que podía, seguía inmolándose en cierto modo por él, y cada vez se sentía peor.

Se sentía mal porque había días en las cuales quería simplemente desaparecer y tal vez aparecer en un limbo donde no se le exigiera nada, y a la vez le hubiera gustado tener una buena vida en la tierra, una vida de algunos lujos y comodidades que jamás conoció, salvo de afuera, una especie de "ñata contra el vidrio" como decía un viejo tango. Eso era ella, alguien que desde afuera había vivido una vida de clase media alta cultural, pero en la realidad, en cuanto al dinero que pudo ganar solo fue clase media baja. Para colmo, dió con ese amor tan poco ambicioso y tan cómodo, como lo estaba corroborando ahora.

Dió comodidad al otro, toda la comodidad y la seguridad. El otro le respondió con amor pero se dió cuenta de que el amor así, era un amor vacío, sin consistencia, sin ningún tipo de sentido. Un amor que no es compañero en cuanto a luchar juntos para lograr estar mejor económicamente y que todo el día se queja del país, de los otros, cuando él claramente es como muchos otros que no trabajan y pretenden que alguien más los mantenga. Ella sentía que nuevamente estaba tirando de un carro muy pesado y que cuando todo comenzó, hablando de su vida en pareja que ya llevaba demasiados años, no pensó que sería así.



Tuvo un leve presentimiento de que sería algo penosa porque claramente la vida a la que ella había aspirado y a la que había rozado aunque sea de prestado en oportunidades con algunas otras parejas, ya no existiría más, pero nunca imaginó que sería tan despareja la cosa y que tendría una persona al lado que solo se quejaría, haría algunas cositas de vez en cuando como para hacer que ayudaba en algo y luego se pasaría jugando juegos de guerra online que consumían su día a día como si fuera un trabajo full-time

Se dió cuenta de que todo iba de mal en peor y que estaba realmente ya en un callejón sin salida, si bien ya antes había tenido esa sensación ahora lo veía claramente. Sentía una sensación de ahogo, de indefensión, de absoluta tristeza y desolación, de infinita angustia. Eso era Ella por estos días.

Muchas veces se había preguntado por qué seguía. Porqué, si muchas veces en su vida armó y desarmó parejas. Si antes tuvo el coraje de hasta haberse divorciado, del único matrimonio con papeles que tuvo, y luego del cual no quiso saber más nada de eso, ni lo quisiera. Porqué siguió tanto tiempo, porqué aguantó tanto y seguía aguantando.

Y venían las respuestas a su mente: armó una vida, crió a una hija que no era propia pero que le estaba tan o más agradecida que una que hubiera sido de su propia sangre, aprendió mucho con lecciones durísimas, pero ahora, ahora mismo, sentía profundamente que había mucho que se le había negado, o que había pasado de largo, o por su costado sin que ella pudiera tomarlo para sí, como si todo o algo al menos de lo que hace tan feliz a mucha gente, había sido imposible de alcanzar para ella misma.

No entendía porqué, se hacía cargo de sus errores, los cuales creía ya haber pagado con creces en esta propia vida, como un Karma que tuvo que saldar en este presente, y no en próximas vidas. Y que mucho de lo que le hubiera correspondido, no lo tuvo, tal vez otros se lo robaron, no lo sabía, no era tampoco de echar culpas afuera, a pesar de que él le decía siempre eso.

Tenía ya una fuerte coraza, esa que te va creciendo cuando tenés demasiados golpes, desilusiones, tristezas, decepciones y ella era como una armadura que hacía que todo le rebotara, al menos lo que él pudiera decirle, porque en su afán de defender lo indefendible, es decir, todo lo que él hace mal, como jugar la mayor parte del día, levantarse tarde a la mañana, no trabajar ni interesarse por conseguir un trabajo o querer compartir los gastos que tienen dos personas viviendo normalmente, le decía cualquier cosa, como que era egoísta, (justamente Ella, egoísta, que le había dado parte de su vida, y más, que había renunciado a tener una vida mejor para vivir al lado de quien no sabe y no quiere trabajar para ganar el dinero necesario para vivir mejor.  También solía decirle que le echaba la culpa de lo que en realidad se tenía que hacer cargo ella misma, y eso tampoco era verdad. O cuando algo pasaba y era claramente su responsabilidad, como un niño o un adolescente, siempre se lavaba las manos y decía que no había sido él, y claramente, si dos personas solo viven en un hogar, si no es uno el culpable de algo, lo es el otro, es algo que la mínima lógica impone.

Estamos en septiembre, un mes que a Ella le encanta, y sin embargo no está logrando sentir esa felicidad que necesitaría. Ahora sabe porque, y sabe que lejos de mirar hacia afuera para culpar a alguien, debe encontrar una salida, una respuesta, una solución dentro de sí misma.

Veremos como lo logra, y si puede lograrlo.




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